Los elementos que aumentan o minoran el valor de los edificios suelen estar relacionados con el tipo de materiales de suelos y paredes, las puertas, las ventanas, la iluminación, la antigüedad de las instalaciones, el diseño o la tecnología. Pero lo que marca la diferencia y aporta un valor añadido al edificio es una construcción energéticamente eficiente y sostenible que beneficia tanto a los usuarios como a los promotores e inmobiliarias.
Valor añadido para los usuarios
- Ahorro energético que genera ahorro económico
- Independencia de las subidas de precio de la energía.
- Temperatura de confort
- Ambiente cómodo en los espacios interiores
- Buena calidad del aire
Valor añadido para el inversor
- Fortalece la imagen
- Las mejoras constructivas son atributos diferenciadores en su oferta
- Mejores retornos de la inversión
- Mayor demanda, tanto de alquiler como de venta
- Menos periodos sin ocupación
- Inquilinos más contentos se traducen en ingresos de alquiler a largo plazo
- Menos cambio de inquilinos
Los edificios Passivhaus-ECCN son un ejemplo de valor añadido que además ofrecen una serie de prestaciones y aspectos que no se pueden medir en términos cuantitativos o monetarios, pero que son realmente valiosos:
- Confort
- Bienestar
- Seguridad
- Respeto con el medio ambiente
- Aumento y mantenimiento del valor
- Repercusión social
Conclusiones
Podemos concluir que, aunque se asocie el valor de un edificio con ciertas características, materiales, sistemas o instalaciones, hoy en día la eficiencia energética, el confort y la calidad del aire se consolidan como factores fundamentales tanto para el comprador como el usuario.