SUMINISTRO DE ENERGÍA EN EDIFICIOS PASSIVHAUS

Con la primera casa Passivhaus experimental que se construyó en Alemania, se comprobó que era posible reducir la demanda de energía de los edificios hasta una décima parte en comparación con los edificios convencionales. Se entiende entonces que un edificio Passivhaus no es un edificio de consumo nulo. El término “pasivo” no hace referencia al hecho de que no sea necesario un suministro de energía “activa” para la climatización, sobre todo para picos de frío o calor en ciertos momentos del año.

Claro está, que ese aporte activo es muy pequeño, por lo que la potencia de los equipos necesarios para cubrir esa demanda, también es muy baja. Lo que realmente determinará la potencia de dichos equipos de generación será la demanda de agua caliente sanitaria (ACS).

Un ejemplo que encontramos en el mercado son las bombas de calor aerotérmicas, que con menos de 15 kW de potencia son capaces de generar ACS y climatizar una vivienda unifamiliar combinadas con fan-coils, radiadores de baja temperatura o suelo radiante-refrescante.

¿Y qué pasa con la demanda de energía eléctrica?

Cuando hablamos de demanda energética no hablamos sólo de energía destinada a la climatización, sino también de la energía eléctrica necesaria para que funcionen todos los aparatos de una vivienda.

El propio sistema de ventilación mecánica controlada y la bomba de calor, consumen energía eléctrica, así como el resto de electrodomésticos y luminarias. No obstante, al haber reducido considerablemente la potencia y aumentado la eficiencia de todos estos equipos resulta más viable abastecerlos con energías renovables. El propósito a medio plazo, es utilizar fuentes de energía renovable que estén al alcance para proporcionar el suministro energético necesario y ser completamente independientes o autosuficientes. Esto es mucho más fácil utilizando energía eléctrica y por ello cada vez más se va a tender a lo que llamamos “electrificación” de las viviendas. (Viviendas eléctricas)

Está demostrado que ya somos capaces de proyectar y construir viviendas las cuales para su explotación solo requieren energía eléctrica y que, además la energía para alimentar la bomba de calor, el sistema de ventilación y los electrodomésticos perfectamente puede ser de origen renovable.

Todos somos conscientes del alto precio de la electricidad y de que tiene la mala costumbre de subir sin parar. El Passivhaus Institut (PHI) quiso dar un paso más allá es este sentido y creó dos nuevas categorías: Passivhaus Plus y Passivhaus Premium. Para conseguir cualquiera de las dos, hay que cubrir la demanda de energía primaria (PER) con la generación de energía renovable.

Los sistemas más extendidos para generar energía a escala doméstica son:

  • Placas fotovoltaicas
  • Aerogeneradores

Siguiente escalón: ciudades sostenibles y autosuficientes

Son muchas las ciudades a nivel mundial que hacen un verdadero esfuerzo por cambiar sus modelos energéticos. Y lo consiguen. Ya hay más de un centenar de ciudades donde las energías renovables (hidráulica, geotérmica, solar y eólica) suministran más de un 70 % del consumo eléctrico total. En concreto, 42 localidades alcanzan nada más y nada menos que un 100 %, como es el caso de Burlington (EE. UU.), Basilea (Suiza) o Reikiavik (Islandia).

Estas ciudades tienen una característica común, y es que se han transformado en centros de innovación tecnológica donde se desarrollan soluciones para disminuir las emisiones y contribuir a un sistema energético más sostenible. Pero también, apoyan a las empresas energéticas e implementan medidas para instalar estas tecnologías en nuevos edificios.

Conclusiones

Las ciudades juegan un papel fundamental en esta transformación energética ya que los núcleos urbanos son grandes consumidores de energía y responsables de muchas de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La principal característica que nos brinda el estándar Passivhaus es que ofrece un alto confort interior y calidad del aire a la vez que el consumo para conseguirlo es insignificantemente bajo. Si combinamos edificios de alto rendimiento con producción de energía renovable y trabajamos con metas claras, estaremos transformando estas urbes en espacios más sostenibles y contribuyendo a nivel global en el progreso de la transición energética.