El concepto de edificar bajo el estándar Passivhaus está abriéndose paso cada vez más en el ámbito de la construcción. Sin embargo no es algo nuevo, sino que se a finales de los años 80 en Alemania, los profesores Bo Adamson y Wolfgang Feist desarrollaron este concepto. Pero sin embargo son muchos los que todavía no conocen que es Passivhaus.
El pasado año 2017 se cumplieron veinticinco años desde que se decidió construir por primera vez una casa pasiva en Darmstadt, para llevar a la práctica las ventajas que ofrecía esta nueva forma de edificar. A día de hoy, Feist que también es director y fundador del Passivhaus Institut, ha convertido su modelo en un ejemplo a seguir de la arquitectura bioclimática.
Pero, ¿qué es Passivhaus?
Passivhaus es un estándar de construcción cuyo objetivo no es otro que proporcionar ahorro de energía, confort, higiene, rentabilidad y sostenibilidad. Puede aplicarse a cualquier tipo de edificación, sin tener que ser de obra nueva necesariamente, siempre y cuando se respeten los cinco pilares básicos que lo definen:
- Un aislamiento adecuado que recubra totalmente la envolvente, mejorando la transmitancia térmica durante todas las estaciones del año, para evitar pérdidas energéticas.
- Hermeticidad al aire, para optimizar el sistema de ventilación controlado y evitar flujos de aire incómodos para el usuario.
- Supresión de puentes térmicos, que son puntos de la envolvente donde el calor se escapa o entra (según sea invierno o verano), desde un en encuentro entre elementos constructivos a un cajón de persiana, etc.
- Sistema de ventilación con recuperación de calor, con el que se expulsa el aire viciado de las estancias y se introduce aire fresco del exterior, atemperado gracias al cruce de los conductos que conducen dicho aire.
- Cerramientos de altas prestaciones capaces de ofrecer seguridad, luz solar, hermeticidad y aislamiento
Ventajas del estándar Passivhaus
- Ahorro energético. Con el cumplimiento de estos cinco principios, seremos capaces de reducir el consumo de energía hasta un 90% en viviendas convencionales e incluso del 75% en obra nueva, pudiendo compensar el 10% restante con nuestro propio calor corporal, pequeños electrodomésticos y el calor natural del sol.
- Respetuosa con el medio ambiente. Las ventajas de una casa pasiva, no solo puede reflejarse en el consumo energético de nuestras facturas. Como hemos dicho anteriormente, un edificio o vivienda Passivhaus es además, respetuosa con el medio ambiente, convirtiéndose esta característica en una de las más significativas. Tal es así, que, en 2008, el Parlamento Europeo, resolvió un “Plan de acción para la eficiencia energética”, en el que todos los estados miembros deberán construir “edificios con energía casi nula” a partir de 2020.
- Seguridad Passivhaus. Para desconocimiento de muchos usuarios, los edificios Passivhaus no solo ofrecen todo lo que ya hemos comentado, sino que además garantizan un alto nivel de protección contra agentes nocivos o radiactivos por la manera en que están construidos. Además, un bajo consumo de combustible, nos lleva a un menor riesgo de incendio o explosión.
- Calidad en la construcción. La dedicación y pulcritud que requiere construir un edificio Passivhaus, junto con las altas prestaciones que se le exige, garantiza una alta calidad constructiva, desechando los viejos hábitos de años atrás.
- Calidad del aire. Esta característica supone un gran salto cualitativo en comparación con los edificios de construcción tradicional, garantizando la salubridad del aire que respiran los usuarios, libre de bacterias, hongos, humedad, CO2 y otros agentes nocivos para la salud.
Conclusiones
Por tanto, Passivhaus no es solo un estándar de construcción, si no el mayor exponente de la arquitectura bioclimática, por el que se constituye un nuevo concepto de hogar, confort y bienestar.
