La combinación de prestaciones energéticas, confort y calidad de vida es la esencia y el éxito de los edificios Passivhaus y los Edificios de Consumo Casi Nulo.
¿Cuánta energía es necesaria para vivir?
A diario consumimos gran cantidad de energía, desde que nos despertamos hasta que nos acostamos. Pero no solo en nuestra actividad cotidiana, sino que la construcción, la industria, el transporte o el comercio también lo hacen. Está claro que la energía mueve el mundo y es necesaria. No obstante, la mayor parte de la energía que se consume es de origen no renovable, siendo los combustibles fósiles el principal recurso energético de nuestra sociedad. Su uso se asocia a numerosas tecnologías, aparatos o máquinas y la fuerte demanda está llevando a una producción excesiva a nivel mundial.
España no posee ninguna reserva ni de gas ni de petróleo, por lo que importa un 75% de la energía que consume. Esto podría evolucionar hacia el 90%, mientras que Europa importa un 50%, pudiendo evolucionar hacia el 70% en 2030. El aumento en el consumo energético de nuestro país se ha duplicado entre 1975 y 2000, pero sobre todo desde 1993 este consumo se atribuye principalmente al sector del transporte individual y residencial. La quema de estos combustibles son la causa de los grandes problemas medioambientales, entre ellos la emisión de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) que afecta negativamente a la huella de carbono.
Para dejar de depender de factores externos habría que construir más eficientemente y apostar más por las energías renovables que independizan nuestra economía de las fuentes de energía extranjeras.
Los edificios Passivhaus no ahorran a costa de la comodidad, están diseñados para la eficiencia y el confort. Se consideran edificaciones de alta eficiencia energética porque reducen la demanda de energía, aumentan la eficiencia de las instalaciones y las nuevas categorías incorporan uso de energías renovables.
Según datos del Passivhaus Institut, un edificio Passivhaus consume un 90% menos de energía que un edificio existente. Es decir, para calefactar o refrigerar una vivienda de 100 m² se neceistan 1500 kWh/año, frente a los 15000 kWh/año que necesita una construcción convencional.
Este modelo de construcción lleva más de 20 años funcionando, así que los hechos hablan por sí solos: podemos vivir con menos energía en edificios con mejores prestaciones.
¿Qué es la eficiencia energética?
La eficiencia energética no es otra cosa que hacer un uso inteligente de la energía, implica una demanda de energía menor para mantener las mismas condiciones de confort interior, sin que ello suponga ningún cambio en los hábitos de consumo del usuario.
Un edificio eficiente tiene un impacto directo sobre tres aspectos fundamentales:
- El medio ambiente. Las prestaciones energéticas de un edificio Passivhaus o ECCN, son un factor decisivo para la lucha contra el cambio climático.
- La economía. La reducción del consumo de energía contribuye a reducir la intensidad energética de la economía y la dependencia exterior.
- Los usuarios. El ahorro energético se traduce directamente en ahorro económico.
Conclusión
Beneficiarse de las prestaciones energéticas no significa dejar de tener todas las comodidades, sino usar la energía de la mejor manera posible. ¡La eficiencia energética es un bien común!
El agotamiento de las fuentes tradicionales, la subida del precio, la dependencia energética y el impacto ambiental son razones suficientes para que la eficiencia energética deje de ser una opción y sea una prioridad absoluta para todos los gobiernos.