La hermeticidad al aire es uno de los requisitos que debe tener una construcción energéticamente eficiente. En este post veremos las 5 razones que explican para qué sirve la hermeticidad.
Ahorro energético
La demanda de calefacción y refrigeración depende directamente de la hermeticidad del edificio. La ausencia de una capa hermética en un edificio es causante de que gran parte de la energía utilizada para climatización se escape a través de la envolvente: juntas, encuentros, grietas, elementos constructivos, etc. Estas infiltraciones de aire incontroladas provocan desajustes en la temperatura interior y se reflejan en la demanda y el consumo energético.
En el siguiente ejemplo, vemos dos viviendas con las mismas características constructivas:
- Aislamiento térmico optimizado
- Puentes térmicos reducidos al mínimo en los detalles de uniones
- Ventanas altamente aislantes
- Sistema de ventilación eficiente
Sin embargo, la hermeticidad no es igual, una de ellas tiene un valor n50=0,4 h-¹ y la otra n50=2,6 h-¹. La diferencia viene aquí, la vivienda con un nivel de hermeticidad más bajo tiene una demanda de calefacción de 13 kWh/m²año frente a los 26 kWh/m²año que tendrá la otra vivienda. Como vemos la demanda aumenta al doble.
Con el fin de optimizar la envolvente del edificio, la hermeticidad se puede reducir aún más, siempre que esté por debajo de n50=0,6 h-¹
El valor de hermeticidad en el caso de la izquierda significa que el volumen de aire de la vivienda se renueva en 2 horas y 30 minutos, mientras que en el caso de la derecha el volumen de aire se renueva en 23 minutos. Por desgracia estos valores de hermeticidad son comunes incluso en edificios nuevos, ya que el Código Técnico de la Edificación todavía no establece ninguna exigencia respecto a la hermetizad en los edificios.
Evitar condensaciones
La condensación se produce cuando el vapor de agua contenido en el aire se enfría y acaba condensando en forma de gotas de agua, fenómeno que provoca las humedades por condensación.
Este tipo de humedades se producen sobre todo en invierno o en climas fríos cuando la temperatura y la humedad interior de la vivienda o edificios son superiores a las del exterior. En esta situación, el flujo de aire caliente y húmedo del interior traspasa la envolvente desde dentro hacia afuera. Conforme atraviesa los elementos constructivos, este aire se enfría y la humedad relativa aumenta hasta que el agua contenida en el aire se condensa y se queda en forma de gotas de agua dentro del elemento constructivo.
Con una envolvente hermética al aire evitamos cualquier flujo de aire y por consiguiente la aparición de condensaciones intersticiales en la construcción.
Aumento del confort
La sensación de confort está directamente relacionada con las infiltraciones de aire a través de la envolvente. En un edificio no hermético es inevitable que existan corrientes de aire, que en un primer momento puedan ser mínimas o incluso inapreciables pero a la larga resultan muy molestas y provocan malestar y disconfort. Este es uno de los motivos por los que en invierno tenemos frío aunque la calefacción esté funcionando y viceversa en verano.
Calidad del aire interior
El intercambio de aire a través de las grietas y huecos no es suficiente para asegurar la calidad higiénica del aire interior y no es muy fiable, sobre todo en las grandes ciudades donde los niveles de contaminación del aire exterior son bastante elevados.
Como ya se ha explicado, una construcción hermética impide la entrada incontrolada de aire y por tanto de posibles contaminantes. Esta condición hace necesario que se suministre aire fresco de alguna manera. Para ello, en edificios altamente herméticos se instala un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperador de calor.
Protección acústica
La protección acústica de un edificio o vivienda también afecta a la sensación de confort y a la calidad de vida de los usuarios. Algunos elementos constructivos de la envolvente como las ventanas y puertas se consideran puntos críticos a controlar para garantizar las prestaciones acústicas. Mediante carpinterías de altas prestaciones y el uso de cintas de hermeticidad en los encuentros con muro o cubierta se reducen drásticamente los problemas de ruido por transmisión aérea.
Conclusión
Los estudios acerca de la hermeticidad han demostrado la repercusión que tiene en beneficio de la eficiencia energética de los edificios. No obstante, desde el punto de vista de los usuarios, este aspecto cobra un valor mucho más importante ya que mejora la salud y la sensación de confort. No hay que olvidar que los edificios además de construirse, deben hacerse habitables para las personas.