Las PassivHaus y Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN) proporcionan un elevado confort con un consumo de energía muy bajo o casi nulo ya que utilizan recursos de la arquitectura bioclimática y unas estrategias de diseño que los hacen muy eficientes energéticamente. ¿Cómo es posible?
En primer lugar, a la hora de hablar de consumo energético es necesario discernir entre el que genera el propio edificio y el que depende de los usuarios y sus pautas de comportamiento. Por ejemplo, consumiremos menos si tenemos dispositivos y electrodomésticos sostenibles o de bajo consumo, si tenemos contratada una potencia de luz adecuada a nuestras necesidades, si disponemos de aparatos que se sobrecalientan, si tenemos dispositivos electrónicos siempre conectados aun cuando no los usamos, si controlamos las fugas o pérdidas de energía tales como ventanas medio abiertas, rejillas de ventilación…
Ahora bien, a parte del consumo de los usuarios, a veces no tenemos en cuenta que los edificios por sí mismos generan un consumo que, dependiendo de la construcción y su calidad, incidirá en su gasto energético. Las casas pasivas o PassivHaus, por ejemplo, tienen unas características constructivas que reducen notablemente el gasto energético en calefacción y refrigeración. Dependiendo del tipo de clima y área geográfica donde se ubique, el ahorro energético en climatización puede suponer hasta un 80% en comparación con una vivienda no pasiva. El éxito de estas construcciones pasivas reside en la alta eficiencia energética aplicada a partir de una envolvente térmica y hermética tan eficiente que impide la transmisión de energía (ya sea calor o frio) y de aire entre el interior y el exterior de la vivienda. La planificación y proyección de estas construcciones es muy eficaz y eficiente, prestando especial atención a la “piel” del edificio y los encuentros entre los distintos elementos constructivos. Además de la propia calidad de la envolvente, las PassivHaus utilizan un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperador de calor con un rendimiento del 75% como mínimo. Este proceso de recuperación de calor, que sucede de forma natural, permite que el aire fresco que se introduce en el interior este menos frío en invierno y menos caliente en verano, contribuyendo también a ese ahorro energético tanto la calefacción como la refrigeración.
Sin duda alguna, Passivhaus es un estándar pensado para el ahorro energético y, hoy en día, no hay ningún otro modelo de construcción que pueda hacerle frente en este ámbito, además de su versatilidad aplicable no solo a obra nueva sino a rehabilitación y reformas y a cualquier sistema constructivo o diseño arquitectónico.