EL AISLAMIENTO EN PASSIVHAUS, UN BENEFICIO DURANTE TODO EL AÑO

El aislamiento en Passivhaus es el recurso estrella de este tipo de edificios, ya no por una cuestión de ahorro energético, sino por confort y salud. La existencia de aislamiento significa la reducción directa de pérdidas de energía. En invierno evita que se pierda el calor y en verano que entre al interior.

Principio básico

El aislamiento en Passivhaus es uno de los pilares básicos de este estandar, fundamentado  en el concepto de conservación de la energía, que nunca se pierde, siempre va a algún sitio. Para conseguirlo, la envolvente térmica debe ser continua y de calidad.

Este principio de funcionamiento es similar a lo que ocurre en un termo y en una cafetera. En ambos el café se mantiene caliente, pero de formas diferentes. El termo conserva el calor gracias a su envolvente con propiedades aislantes = principio pasivo. La cafetera conserva el calor gracias al calor aportado mediante resistencias eléctricas = principio activo.

En un edificio Passivhaus el calor no se aporta de manera activa, ya que gracias a su envolvente y su construcción conserva el calor proveniente del sol y de las propias ganancias internas (personas, electrodomésticos, iluminación, etc).

La clave del buen funcionamiento

La ejecución de un aislamiento térmico continuo es fundamental para su correcto funcionamiento. Esto significa tener un diseño sin puentes térmicos, o lo que es lo mismo, sin ningún punto débil alrededor de todo el edificio por el que se produce la pérdida de energía.

El papel del aislamiento en Passivhaus

En climas fríos o durante períodos fríos, la temperatura dentro del edificio suele ser más alta que en el exterior. Un mal aislamiento o la ausencia de este provoca que el calor se pierde a través de la envolvente y, a menos que se reemplace este calor, el interior del edificio se enfría y se ajusta a la temperatura exterior. Lo inverso ocurre en  climas cálidos o durante períodos cálidos, cuando el calor exterior penetra a través de la envolvente al interior. Lo lógico es  detener el flujo de calor en cualquier de los dos casos e independientemente del clima, y ​​aquí es donde entra en juego el aislamiento térmico.

Confort térmico

Está claro que la envolvente térmica es clave para mantener una sensación térmica de confort. Esa sensación de confort dentro de un edificio es la suma de la temperatura del aire y la temperatura media de sus superficies.

Con el aislamiento térmico la temperatura superficial de la cara interior de la envolvente se acerca más a la temperatura de confort y por lo tanto la sensación general es más agradable.

No ahorrar en el aislamiento

A la hora de construir un edificio Passivhaus o realizar una rehabilitación bajo este estándar, es importante tener en cuenta que no se debe ahorrar en el aislamiento. Las pérdidas de calor a través de paredes y cubierta representan más del 70% de las pérdidas totales de calor en los edificios. Por lo tanto, mejorar el aislamiento térmico es la forma más efectiva de ahorrar energía. Al mismo tiempo, ayudará a mejorar el confort térmico y evitar daños estructurales.

Espesor aislamiento térmico

El estándar Passivhaus no exige un espesor de aislamiento, sino que limita las demandas de calefacción, refrigeración, energía primaria y estanqueidad. Por lo que el espesor dependerá de la zona climática en la que nos encontremos. En España existen hasta 5 zonas climáticas.

Conclusiones

Un error común es asociar el aislamiento térmico con la protección contra el frío. Una buena envolvente es fundamental a la hora de construir un edificio Passivhaus, ya que mantiene un clima interior confortable, independientemente del clima exterior.

“Bajo las condiciones económicas actuales (precio de la energía e intereses) siempre es rentable el mejor aislamiento.”

Fuentes

Passipedia

Guía del Estandar Passivhaus