La construcción de una casa pasiva pasa por los mismos procesos que la construcción de una casa no pasiva: tener una parcela, diseño y proyecto del arquitecto, licencias, financiación hipotecaria y finalmente su ejecución. La diferencia radica en la mejora de los elementos que la componen, en que se trata de una construcción respetuosa con el medio ambiente y que se adapta a las condiciones climáticas del entorno donde se construye. ¿Quieres saber cómo construir una casa pasiva? En este artículo, queremos hacer hincapié en los aspectos clave que hay que conocer antes de adentrarse en este mundo.
Sistema constructivo
Una casa pasiva está construida como cualquier otro edificio, con los mismos materiales y metodologías que una casa no pasiva. Es decir el sistema constructivo puede ser cualquiera, todos son válidos. Tanto la construcción maciza como la construcción de madera.
La construcción maciza suele ser de mampostería como piedra caliza arenisca u hormigón armado. En construcción de madera se pueden utilizan sistema ligeros con vigas de doble T o sistemas de madera maciza.
Otra de las opciones que permite este estándar, es la construcción de una casa pasiva prefabricada o de tipo modular. Ambos son perfectamente compatibles con la utilización de materiales tradicionales. La diferencia radica en el tiempo de ejecución.
Planificación y diseño
Al margen del tipo de construcción elegido, para construir una casa pasiva es de vital importancia una buena planificación y el rigor en la fase de diseño.
En primer lugar se debe hacer un análisis del entorno para aprovechar sus características, optimizar los sistemas constructivos en relación a éste y que el edificio sea lo más compacto posible y esté bien orientado.
Cuando hablamos de compacidad, nos referimos al cociente entre la superficie envolvente y el volumen. Un valor alto reduce las pérdidas de energía. Aunque no es lo que más va a influir, si es recomendable mantener una relación de factor de forma igual o menor a 0,7.
La orientación sí juega un papel importante en el buen funcionamiento de una casa pasiva. Se debe realizar un estudio de soleamiento y elegir aquella orientación que permita aprovechar al máximo la radiación solar en invierno. Dependiendo de la zona climática en la que nos encontremos, se deberán diseñar las protecciones solares adecuadas para la época de verano. Se recomienda que la fachada principal tenga orientación sur y que la parte acristalada ocupe aproximadamente un 70% de la superficie.
Claves de la construcción
La correcta ejecución se basa en seguir minuciosamente los cinco principios básicos de este estándar:
- Aislamiento térmico
- Ventanas y puertas de altas prestaciones
- Ausencia de puentes térmicos
- Ventilación con recuperador de calor
- Ausencia de infiltraciones de aire
En una casa pasiva cada elemento debe trabajar en conjunto para garantizar que los valores calculados se ajustan a los valores reales una vez construido el edificio. No tiene sentido tener un intercambiador de aire fresco si las ventanas de la casa tienen fugas.
Profesionales cualificados
Emprender el proyecto de construcción de una casa pasiva requiere de una estrategia diferente y no todo el mundo tiene el conocimiento para llevarlo a cabo. Es importante trabajar desde un principio con un arquitecto certificado como Passivhaus Designer para definir bien el diseño en la fase inicial y así evitar costes no anticipados en las fases posteriores. Es también muy recomendable contar con técnicos con formación y certificado Tradesperson Passivhaus para evitar errores en la ejecución por desconocimiento y pongan en peligro el funcionamiento final de la vivienda. Sin una ejecución correcta, la mejor planificación no vale nada.
Conclusiones
La libertad de diseño que ofrece el estándar Passivhaus, permite que se pueda adaptar a cualquier edificación, lugar, terreno o situación. Lo importante es tener claros los conceptos y los pilares fundamentales para el diseño y ejecución, además de contar con un equipo concienciado, en el que todos trabajen en la misma dirección.