Resulta evidente que los problemas de contaminación locales y globales de la era post- industrial, son consecuencia de la forma de vida, organización y consumo de la sociedad actual. En el año 2004, los edificios agotaron, por sí solos, casi el 37% de toda la energía mundial y si no se ponen los remedios adecuados, esta cifra podría alcanzar el 42% en el año 2030. El impacto de los edificios en el medio ambiente, el consumo de recursos naturales, de energía y el cambio climático son aspectos significativos que hay que empezar a valorar.
¿Qué es lo que genera impacto ambiental?
El consumo energético
La construcción y utilización de los edificios e infraestructuras es una de las actividades humanas más demoledoras en consumo energético. Durante el ciclo de vida de los edificios, hay dos momentos en los que consume la mayor parte de la energía. Por una parte, en la obtención y procesamiento de los materiales de construcción y por otra, en el uso diario, climatización (frío o calor), funcionamiento interno y sus equipamientos. Los edificios consumen entre el 30% y el 40% de la energía demandada en el mundo, aunque esta cifra cambia según el país.
En España, un 75% del consumo energético total residencial se atribuye a los edificios, otros consumos son la alimentación los bienes y los servicios. De acuerdo con un estudio del IDAE, en 2000 este uso se repartía de la siguiente manera:
- Calefacción: 47,20%
- Electrodomésticos: 15,50%
- Agua caliente: 20,40%
- Cocina: 9,60%
- Iluminación: 7,20%
- Aire acondicionado: 0,2%
La emisión de contaminantes
El continuo incremento de contaminantes al aire, al suelo y al agua procedente del proceso de construcción, restan calidad de vida a todos. Desde la Revolución Industrial, ha aumentado de forma descomunal el consumo de recursos, no dando opción a que el planeta se regenere.
En España, la contaminación directa e indirecta proviene principalmente de la combustión de combustibles fósiles para la producción de calefacción y agua caliente. Esta combustión produce principalmente anhídrido carbónico, óxidos de azufre y de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles, monóxido de carbono, óxido nitroso y partículas en suspensión. Estos contaminantes son responsables del cambio climático, de la lluvia ácida y de la contaminación urbana superficial.
Un 30% de las emisiones de dióxido de carbono se deben a la industria de la construcción y al propio uso del edificio. Actualmente, 1 m2 de construcción puede emitir en torno a 2,5 toneladas de CO2 a lo largo de su vida útil, lo que incrementa la huella de carbono del edificio.
Deforestación
Además de la gran cantidad de emisiones de gases contaminantes, existe el problema de la inexistencia de sumideros de CO2, es decir, elementos que sean capaces de eliminarlos definitivamente. Tan solo son eficaces los árboles, pero su capacidad es limitada y no es suficiente ante el volumen de gases que hay en la atmósfera. Algunos expertos han manifestado que si tuviéramos una emisión 0 de hoy en adelante, se tardarían 300 años en asimilar el volumen actual existente en la atmósfera.
La extracción de materiales
En la UE, el 50% de todos los materiales extraídos se utilizan en la edificación, durante la fase de construcción y la fase de uso. Para construir 1 m2 se necesitan 2 toneladas de material, de los que más de la mitad son áridos. De ahí, que la mayoría que los residuos de construcción son material pétreo.
El consumo de agua
La industria de la construcción, es uno de los mayores consumidores de recursos naturales, tanto renovables como no renovables. Se estima que consume un 16 % de agua al año. En el proceso constructivo hay numerosas operaciones que necesitan agua como son: la fabricación de hormigón, de morteros y de otras pastas, curado de la estructura, humectación de los ladrillos, riego de pasos de vehículos no pavimentados, limpieza del equipo y material de obra, etc.
El uso del agua es imprescindible y no se puede eliminar su consumo totalmente, pero si hacer un uso racional.
Los residuos generados
La construcción y posterior demolición de los edificios genera gran cantidad de residuos. En España se dan dos circunstancias que favorecen la producción de residuos y su vertido con poco o ningún control. Por una parte, tenemos fácil acceso a áridos, ya que prácticamente en cualquier lugar se pueden encontrar áridos de calidad y a bajo precio. Además, cerca de esos puntos hay gran cantidad de suelo disponible para realizar el vertido. Dichos residuos provocan la contaminación de suelos y acuíferos, el deterioro paisajístico y el desaprovechamiento de sus recursos valorizables.
En cuanto la fase de vida útil de los edificios, también se generan gran cantidad de residuos sólidos urbanos debidos a la vida cotidiana que los usuarios desarrollan en su interior.
¿Cuál es la solución?
Todos somos responsables de la contaminación y los problemas que ocasiona al planeta. Desde la industria de la construcción tenemos un reto por delante, y es hacer las cosas de forma más inteligente, desde la extracción de materiales, diseño de los edificios y producción de energía para su construcción y mantenimiento. Ya se han dado los primeros pasos, consistentes en:
- Uso de materiales de construcción de origen sostenible, como madera de bosques gestionados y reciclaje de acero y aluminio.
- Aplicación de un diseño bioclimático con mejor iluminación natural y estrategias pasivas para la calefacción y refrigeración.
- Generación propia de energía a partir de energías renovables.
- Mejorar la gestión de las aguas pluviales, tener en cuenta las condiciones climáticas, aprovechar los recursos naturales disponibles y poco a poco generar un entorno urbano que no perjudique al medio ambiente.
La construcción Passivhaus-ECCN es una de las estrategias que ayuda a la mitigación del impacto ambiental, sobre todo centrándose en la eficiencia energética y en consecuencia reduciendo el consumo de energía y la emisión de contaminantes derivados de la combustión. Estas construcciones, además, pueden ir más allá integrando materiales sostenibles, ecológicos o reciclables y energías renovables.
Conclusión
Los edificios, ya sean residenciales o de uso terciario, son una necesidad básica del ser humano. Todavía hay muchas áreas de mejora, pero lo primero es impulsar la edificación sostenible y energéticamente eficiente desde el sector de la construcción y sensibilizar a los usuarios para que la conciencia medio ambiental siga creciendo.